Las mesas refrigeradas son productos imprescindibles para cualquier empresa relacionada con el servicio de alimentos. Su mayor particularidad es que combinan la funcionalidad de los armarios frigoríficos con la utilidad de disponer de una tabla para cortar alimentos y preparar recetas cómodamente.
En este artículo daremos varias razones por las que este tipo de mesa es tan relevante dentro de la principal maquinaria de una cocina industrial. Además, como expertos en el sector, expondremos algunos consejos para elegir la más adecuada.
¿Por qué contar con una mesa refrigerada?
Los alimentos frescos, como la carne, el pescado o la fruta, son perecederos y para que no se estropeen necesitan ser refrigerados. Análogamente, los productos alimenticios, una vez han sido cocinados, necesitan ser guardados a una temperatura óptima para que no pierdan sus propiedades y no se pongan malos. Por todo ello, cualquier empresa dedicada al mundo de la hostelería, obtendrá muchas ventajas al contar con una mesa refrigerada en la cocina de su restaurante o negocio de las mismas características.
Sin embargo, a diferencia de un simple frigorífico, las mesas con refrigeración ayudan a ganar más espacio, además de hacer que se invierta menos dinero en la compra de dos artículos por separado. Es decir, la mesa por un lado y la nevera por otro. También hay que destacar que aceleran el trabajo de los cocineros, pues no será necesario perder tiempo en desplazarse a coger alimentos a la nevera para preparar las recetas.
Otra gran ventaja de estos instrumentos refrigeradores es que podremos llevar a cabo un almacenamiento organizado de los alimentos, pudiendo tener a mano los más importantes y agilizando el trabajo. De hecho, se pueden elegir con cajones o fregadero, por ejemplo.
¿Cómo elegir una mesa refrigerada?
En función de las posibilidades y necesidades de cada negocio, será conveniente elegir un tipo de mesa refrigerada u otro. No obstante, la información que añadimos a continuación será muy útil para tener una idea clara de los puntos a considerar en la compra:
- Elegir un acero inoxidable superior a 304 para asegurar la máxima resistencia.
- Optar por una mesa que tenga un rango de temperaturas entre dos y 10 grados centígrados.
- Es importante que la mesa cuente con un óptimo aislamiento para que optimice el frío y el motor no sufra. Además, así la mesa trabajará con un rendimiento equilibrado y podremos economizar energía.
- Asegurar que la marca de la mesa dispone de repuestos y servicios de reparaciones.
- Comprobar el espacio donde se va a ubicar es crucial para tener claro que se puedan abrir las puertas o que haya un enchufe cerca para que pueda funcionar.
- Estudiar las prestaciones de la mesa para saber si tiene, por ejemplo, sistema de cerrado automático de puertas, patas regulables o visor de temperatura.
- A ser posible, elegir un equipo con eficiente energética A.
En conclusión, las mesas refrigeradas son muy útiles en los negocios de hostelería y, con los consejos ofrecidos, estamos convencidos de que la compra será un acierto. Además, para tener la tranquilidad de contar con una mesa de buena calidad, lo mejor es contactar con profesionales del sector.