El mobiliario de la terraza de un restaurante constituye una de sus principales cartas de presentación. Los establecimientos que cuentan con una pueden ofrecer a sus clientes un valor añadido. En especial, en nuestro país, donde en algunas regiones podemos disfrutar de más de 300 días de sol al año.
Pero una gerencia de local responsable no puede fiarlo todo al buen tiempo. Conviene, por tanto, acondicionar la terraza para que tanto los clientes como los trabajadores puedan encontrarse en un entorno donde estén a gusto. Explicamos los detalles de la decoración de un restaurante.
Claves para amueblar la terraza de un restaurante
Para que la terraza de un restaurante se convierta en una de sus señas de identidad, es preciso adaptarse a sus circunstancias (medidas, forma, etc.) y las pautas del negocio (tipo de clientes, horarios…). Vale la pena tomar nota de los siguientes consejos para no fallar.
Un mobiliario ad hoc
Nos referimos a que se adapte a las dimensiones específicas de la terraza. Tiene que aunar estética y funcionalidad. La comodidad se ha de hacer patente en materiales, alturas, etc. Por ejemplo, en mesas, sillas y barras. Asimismo, es determinante que estos muebles resistan a la intemperie. Cuidado con las temperaturas que alcanza el metal.
La protección ante la climatología
Hemos de salvaguardar siempre a los clientes de las inclemencias meteorológicas como la lluvia o el viento. El espacio ha de ser igualmente aprovechable incluso con aguaceros y rachas de vientos. Esta ventaja puede conseguirse mediante la instalación de cerramientos de cristal. Además de ser útiles, permiten ver a través de sus paredes y se pueden abrir y cerrar mediante mecanismos a distancia. Las pérgolas también resultan útiles a estos efectos.
La garantía de privacidad
Resguardar la intimidad también es determinante en las terrazas, puesto que numerosos clientes la valoran grandemente. En este sentido, podemos distinguir espacios mediante separadores o mamparas. En algunos de ellos es viable incluir publicidad para hacer branding del restaurante o anunciar su carta o los próximos eventos.
Una iluminación a la altura
De la misma manera que la clientela considera positivamente la entrada de luz natural en la terraza, va a poner en valor el funcionamiento de la artificial. Se pueden diferenciar zonas mediante diferentes tonos de luz. Los ledes, por su parte, se están revelando como unas soluciones estéticamente atractivas y de bajo coste.
Una decoración del restaurante equilibrada
La tendencia hoy en día, en decoración de exteriores, es preferir lo sobrio a lo recargado. Sobrio no significa aburrido, sino ajustado a unos criterios de estética equilibrados, que no mezclen arbitrariamente características de diversos estilos. Si se elige el vintage o el rústico, no debe fusionarse, por ejemplo, con el industrial o feng shui.
Una personalidad inimitable
Conviene que el local sea decorado de una forma personal e intransferible. Apostar por la originalidad distingue. Algunas sugerencias: cabina para DJ, decoración natural (jardines verticales y materiales como el mimbre y ratán…).
En definitiva, el mobiliario de una terraza tiene que facilitar el trabajo y adecuarse a la experiencia que queremos que el cliente viva. Ha de combinar belleza y pragmatismo. Una última recomendación: una ojeada a los productos de Fred-Despi.