Las cocinas industriales están compuestas por todo tipo de maquinaria. A grandes rasgos, podríamos dividirlas en dos grupos: generadoras de frío y de calor.Ambas se utilizan para fines diferentes, pero es necesario contar con los ejemplares adecuados para una cocina bien equipada. Estas son las recomendaciones que debemos tener en cuenta.
Generadores de frío
En esta categoría incluimos aquella maquinaria de hostelería dedicada a conservación en frío de alimentos. Esta labor es crucial en cualquier restaurante o cocina de producción industrial, ya que permite guardar determinadas elaboraciones hasta su distribución o alimentos, como el pescado, a una buena temperatura.
Los congeladores, abatidores de temperatura o armarios refrigerados son algunos ejemplos de generadores de frío. Algunos llegan a tener el tamaño de una habitación completa y otros son de pequeñas dimensiones. Se adaptan al tipo de alimento en cuestión, ya que existen diferentes temperaturas de conservación, y su inclusión en una cocina es indispensable.
A la hora de elegirlos, lo primero que debemos hacer es evaluar nuestras necesidades y el tipo de productos que manejamos. De nada nos servirá una gran cámara congeladora para guardar unas pocas gambas. Además, el consumo eléctrico es un factor a tener en cuenta, ya que estos aparatos pueden tener un consumo muy alto y van a funcionar durante largos periodos de tiempo.
Generadores de calor
De entre todas las maquinarias para restaurante, los generadores de calor son las más variados. En esta categoría encontramos los fogones, las planchas, freidoras, hornos y microondas. Todos estos aparatos están destinados a calentar los alimentos o a formar parte activa de su proceso de elaboración. Por ejemplo, preparar una pizza sin un horno nos llevaría demasiado tiempo.
Son elementos que tampoco pueden faltar en una cocina y que son un pilar para la restauración, ya que con ellos se hacen prácticamente todos los platos y elaboraciones que podamos imaginar. Además, algunas máquinas más específicas, como las mesas calientes, permiten mantener a buena temperatura los platos antes de servirlos a los comensales o secarlos tras una limpieza.
La compra de uno o de otro dependerá del tipo de cocina y la orientación del establecimiento. Si no se va a freír ningún alimento, no tiene sentido incluir una freidora, salvo que se tenga pensado expandir el negocio en el futuro. También hay que fijarse en las medidas de las máquinas y en que estas sean modulares, así no tendremos problemas al incluirlas en nuestra cocina.
Al ser elementos básicos, hay que establecer prioridades a la hora de comprarlos o renovarlos llegado el caso. De esta forma, evitamos fallar a los comensales por haber entorpecido el flujo de trabajo. Gracias a ellos, gozaremos de una cocina completa, funcional y tan eficaz como eficiente.
En definitiva, las cocinas industriales necesitan maquinaria generadora de frío y de calor, ya que ambas juegan roles importantes en los procesos de elaboración. Con ellas podemos preparar cualquier plato o mantener en buen estado un alimento durante el tiempo necesario, por lo que no podemos olvidarnos de incluirlas en nuestro negocio.